miércoles, 2 de diciembre de 2009


Nota de prensa

La leí en El Universal del 17/11/2009. Es una historia grotesca, de esas cosas terribles que ocurren diariamente en nuestro maltrecho país. Tiene un lado jocoso, y es de esas que por inverosímiles te dejan perplejo y que al primer impacto te hacen reir… y que pudieran en un segundo golpe, inducirte a reflexionar acerca de lo mal que está nuestra sociedad y cuál es tu papel en ella.

La noticia en un contexto general se refiere al negocio de los teléfonos celulares en el país. Reseña que Venezuela es uno de los países con mayor penetración en telefonía celular en el mundo; que el número de líneas activas sobrepasa los veintisiete millones, mayor al número de habitantes de la nación. Indica asimismo que el robo de celulares es un próspero negocio en nuestro país, y que se estima, con base en los datos que proporcionan las compañías operadoras del servicio, que cada mes se ¨pierden¨ alrededor de ciento diecisiete mil celulares, y… bla, bla, bla. Luego pasan a contar algunas anécdotas sobre el robo de celulares.

Y ésta es la que quiero referirles:

Un empleado de una empresa de venta de celulares de Caracas es comisionado para entregar cuatro Blackberry a un cliente en una zona bastante alejada. El empleado, sabiendo lo difícil que es acceder a esa zona por lo intenso del tráfico, y previendo una larga espera en una cola, decide utilizar los servicios de una mototaxi. El conductor de la moto, ante las indicaciones del cliente, emboca su vehículo por la autopista Francisco Fajardo. Los carros no se mueven, pero la moto, haciendo maniobras entre las filas de autos avanza rauda hacia el destino indicado por el mensajero quien, con una mano se aprieta el casco a la cabeza para que no se lo lleve el viento, mientras que con la otra afinca la bolsa, con su preciosa carga, a su pecho.

Después de recorrer, sobre la autopista, varios cientos de metros a relativa alta velocidad, el mototaxista comienza a desacelerar progresivamente la moto, hasta que de repente se detiene al lado de un lujoso carro a cuyo volante va una joven hablando por un Blackberry. El conductor de la moto saca de su cintura una pistola, golpea el vidrio del carro y mediante señas conmina a la joven a que le entregue el aparato; ésta baja el vidrio y sin chistar entrega el precioso objeto al ladrón.

La moto arranca violentamente y sigue su rápida marcha entre las filas de carros que aún no se han movido. Un minuto después, con una enorme cara de satisfacción, el mototaxista voltea hacia el aterrado pasajero y le dice: ¡Estaba demasiado papaya, compadre! Y sobre la misma le pregunta ¿para dónde es que vas tú?

Cuando se bajó de la moto casi se desmaya, pero aún tuvo fuerzas para correr a entregar los celulares.

martes, 1 de diciembre de 2009

Fotos curiosas

Estas las tomé en estos días en la Av. Raúl Leoni de Maturín.

En ésta, a la entrada de Las Cocuizas, se muestra la contradicción entre el semáforo con flechas verdes ordenando el cruce a la izquierda y la señal indicando que está prohibido cruzar en ese sentido. Tremendo dilema.












En ésta, no se sabe quien se instaló primero, el poste de la electricidad que quedó en medio de la sala de la casa, o la casa que decidió incorporar el poste a la obra.