sábado, 29 de agosto de 2009

Mentiras y Olores

Es extraño que la mentira no fuera incluida entre los pecados capitales. Pudo tal vez estar entre los Diez Mandamientos, pero por alguna razón el Creador consideró conveniente dejar a los “Diez” flexibles, por si acaso. Solo hay que meterse en sitios como éste (Ficha del libro "Mentiras fundamentales de la Iglesia católica" (Pepe Rodríguez). para darse cuenta que eso de las mentiras, para algunos, es una cosa bien pelúa. Por eso prohibir la mentira es muy arriesgado. Uno nunca sabe cuando va a necesitar de ella. Dicen que con mentiras se han salvado muchas vidas. Pero por ellas muchas más se han perdido.

Quiénes son los más renombrados mentirosos (después de los escritores de ficción, por supuesto): los políticos. Y son ellos, quienes en nombre de la paz, con sus mentiras, han desatado las más insólitas guerras que bastantes vidas han costado a la humanidad. Sino pregúntenle a G. W. Bush los motivos de su guerra con Irak.

En lo personal, la mentira está en mi lista de las cinco cosas que realmente odio: las otras cuatro son: las carpetas tamaño oficio, las alcabalas, las peinillas y las armas de fuego de cualquier tipo.

Por último, algo que no es mentira y que una vez me refirió Orlando Lárez. Ello es, los tres olores más agradables al hombre moderno; los cuales son: un pelo de mujer recién lavado, una sábana limpia y… el olor de un carro nuevo.

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